Desde que comencé a dar mis primeros pasos en la Neuropsicología, allá por el 2004 en el Prácticum de la Facultad, han pasado muchos años en los que he aprendido muchas cosas, entre ellas, el amor que le tengo a esta profesión.
Quienes me conocen, saben lo que disfruto ejerciendo la Neuropsicología Clínica, trabajando con mis pacientes y creando lazos que van más allá de las terapias, porque baso mi experiencia en que creo que somos personas, antes que terapeuta o paciente y en que es necesario que la relación sea entrañable, pues es, a través del amor como se avanza en la vida. Del amor y la buena praxis profesional, evidentemente ;).